miércoles, 28 de diciembre de 2011

Feliz Navidad y próspero 2012
Esperando que el nuevo año los haga escribir y leer más

"Los chicos escriben en Internet con ayuda de otras personas, se escriben entre ellos, se comentan, se responden. Cada vez más, la escritura es una cosa compartida, cooperativa"
 
 

Este extenso titulo se refiere a unas declaraciones de Daniel Cassany sobre el arte de escribir, nada alejado de lo que buscamos en la cátedra: El ejercicio diario de ejercitar la mente y con ello la redacción de texto atractivos.

Cassany plantea, entre otras cosas,  que una buena metáfora para saber si todos podemos escribir es la de conducir. "Creo que casi todos podemos conducir un auto para vivir en el mundo actual, si necesitas ir de un lugar a otro de la ciudad puedes hacerlo. Pero si tú quieres correr un Rally o ser un piloto de Fórmula 1, eso ya es más difícil, porque seguramente necesitarás talento. Y el talento es una cosa más inaprensible, que muy probablemente en parte tenga algo de nacimiento y en parte algo de desarrollo. Todos tenemos la posibilidad de desarrollar mínimas capacidades para poder circular por la vida “motorizada” que nos ha tocado. En este sentido, leer y escribir sería igual: está claro que hay personas que tienen más talento para escribir y otras que tienen menos."

viernes, 2 de diciembre de 2011

Un ejemplo de cómo escribir historias que lleguen al lector
Conoce al San Nicolás de la Cota Mil


Un San Nicolás apostado en la entra ...da de la Cota Mil en Boleíta causó sorpresa ayer entre conductores y pasajeros que, en la mañana, ingresaban a la vía expresa. Twitter se conmocionó por la presencia de Ramón Canela -nombre del Santa- en la vía, que es utilizada como acceso a la capital por quienes vienen de Guarenas y Guatire: algunos se quejaron del atasco que producía la reducción de la velocidad para ver al personaje, especialmente de quienes se estacionaron en el hombrillo y se bajaron para tomarse una foto con Papá Noel, reseña El Nacional.

Por LILIA MALAVÉ

Durante más de 10 años, Ramón Canela se ha parado en el mismo punto vestido de San Nicolás, cada primero de diciembre. El jubilado de 80 años de edad dice que lo hace simplemente porque le gusta dar felicidad en la llegada de diciembre: “Dios me dio la oportunidad de tener una barba blanca y ojos azules, para disfrazarme y regalar alegría”. Este Santa, que ha vivido por más de 60 años en el país, es español de origen y explica que una tragedia familiar ­de la que prefiere no hablar­ marcó su niñez y lo llevó a la determinación de alegrar las navidades de los niños caraqueños: “Pensé que sería un voluntariado bonito y, como nadie me lo puede prohibir, comencé a hacerlo”.

Este año su presencia cobró especial notoriedad por las manifestaciones de los conductores, que se quejaron del congestionamiento. Pero Canela afirma que la mayoría fue receptiva con su iniciativa: “Si la gente se detiene a compartir conmigo, entiendo que les gusta. No puedo evitar que se molesten por el tráfico, pero creo que sólo 1% se enfadó. Yo ignoro a los que se molestan y me gritan cosas”.

Después de una jornada de casi tres horas (de 5:30 am a 9:00 am), Canela pidió a unos policías nacionales bolivarianos ayuda para salir del lugar, pues estaba cansado. El resultado fue que detuvieron una patrulla y lo llevaron hasta una panadería cercana, en Boleíta. “Ahí desayuné con calma. Es mentira que me hayan llevado preso. Hoy recibí más de 100 llamadas preguntando por mí. No podrían hacerlo: soy una persona de dar amor y felicidad, y sólo quiero paz y unidad en las familias venezolanas porque amo a este país”.