El adagio popular es rico en la sabiduría cotidiana, en esa que se aprende con el día a día y uno de esos sabios consejos dice que se debe aprender de los mayores.
Uno de esos seres que enseña y del que se debe "tomar consejo" es Aidan Chambers cuando nos recuerda que “cuando se trata de escribir, eres lo que lees”. Este simple mensaje es propicio para quienes son escritores principiantes, aunque yo me atrevería a asegurar que los ya consagrados también recurren a esta simple premisa.
La razón principal de escribir y analizar distintos temas del acontecer diario, es brindar a nuestros lectores una comprensión acertada pero subjetiva de la información, tratando de persuadir y crear una matriz de opinión que demuestre con argumentos asertivos nuestra arista sobre determinado tema.
Al escribir buscamos hacer consciente al público, de los aciertos y desaciertos de la cultura en general, demostrando que siempre hay una manera de percibir las situaciones y convencerlo de que todos estamos ávidos de optimismo, frescura y esparcimiento mental.
La importancia de la lectura a la hora de escribir, radica - para Chambers- en que al leer estamos mejorando la manera en que manejamos el lenguaje, la forma de narrar, y organizamos mejor nuestras ideas, por esto la lectura y la escritura siempre van de la mano y como dice el autor “la escritura tiene por objeto la lectura”.
Chambers, que es principalmente un escritor de literatura infantil, así que conoce la necesidad de una buena redacción literaria, señala que la lectura debe atrapar al destinario, y por ello a la hora de escribir hay que estar muy bien informados sobre el tema que escribimos, algo que también lo afirma D.B. Russell, personaje que interpreta Ted Danson en la serie CSI Las Vegas.
Adicionalmente, la lectura, según Chambers, nos da nuevas ideas para nuestros escritos como por ejemplo la manera de empezar nuestro texto, novela, ensayo etc.
Adicionalmente, la lectura, según Chambers, nos da nuevas ideas para nuestros escritos como por ejemplo la manera de empezar nuestro texto, novela, ensayo etc.
Si nosotros no leemos y no estamos informados, escribir será bastante complicado ya que no sabremos qué estilo seguir, como empezar o finalizar nuestro texto, ni conoceremos la manera correcta de unir nuestros párrafos y nos será un poco más difícil hacernos entender.
Los lectores merecen una mejor información, que llegue a ser irreverente y actual, sin dejarse influenciar por factores externos de poder.
Las nuevas tecnologías hacen que los estudiantes de Comunicación Social, e incluso los que ya están graduados, se replanteen el ejercicio del periodismo desde sus orígenes, que no son otros que la curiosidad y el ansia o necesidad de escribir sobre lo que nos pasa, o le pasa al colectivo.
El reto de los nuevos comunicadores sociales sigue siendo el mismo de todos, saber expresarse y saber cómo lograr que nuestros lectores, oyentes o espectadores entiendan nuestro mensaje y nos sigan con interés.
Ya sea que escribamos para la prensa escrita, la tradicional, o la digital, o para la televisión, o la radio, o en un departamento de publicidad o relaciones públicas, el principio siempre será el mismo, saber escribir y transmitir los planteamientos e ideas, de nosotros, o de quienes nos emplean para darlos a conocer.
Escribir es un proceso que va más allá de la simple colocación de palabras, es, en muchos casos, un proceso de exorcismo, de liberación de temas, pasiones y demonios que tiene el escritor en su mente.
Muchos de mis estudiantes de la Universidad Santa María han encontrado un camino para decir lo que quiere salir de sus mentes, otros están en ese camino, tal vez un poco más atrás, incluso algunos están aún pensando para qué sirve hace este ejercicio - además de para pasar la materia - si ellos nunca van a dedicarse a la escritura porque lo de ellos es el periodismo corporativo o audiovisual. A ellos simplemente les digo como expresa el poeta Rubén Blades: "La Vida te da sorpresas, sorpresas te da la Vida".
A la hora de sentarse a escribir ¿Qué debemos pensar?, ¿Dónde está la historia que quiero decir?, los caminos para resolver esta pregunta son diversos y a veces misterios. Esto último porque muchas veces son las historias las que nos encuentran a nosotros, como a Luigi Pirandello lo buscaban sus personajes para que les diera voz, y es por eso que la mente abierta, la curiosidad y las ganas de querer hacer cosas diferentes son tan importantes en esta profesión de Periodistas, que como la catalogó Gabriel García Márquez, premio Nobel de Literatura, es "el mejor oficio del mundo".
Y hablando del genio de 100 años de Soledad, y otros relatos, él comenzó su carrera siendo periodista y considera que "En Latinoamérica hay una magnificación viciosa de la entrevista. Creen que todo el periodismo se reduce a la entrevista. No entienden que la entrevista tiene sentido sólo cuando el entrevistado tiene algo que decir".
El estilo al momento de escribir es algo muy personal, ¿se puede aprender?, yo diría que se pueden brindar herramientas para que cada uno busque su camino de entendimiento con los lectores.
No todos somos García Márquez, ni Mario Vargas Llosa, ni un Plinio Apuleyo Mendoza, pero sin importar quiénes seamos, lo vital es que seamos sinceros a la hora de escribir, que más allá de la tarea diaria del comunicador podamos escribir historias más humanas, contando vivencias diarias y manteniéndolas cercanas a fin de mejorar la escritura, como lo aconseja Gay Telase, quien es considerado uno de los padres del periodismo moderno y que tiene más de 50 años en el ejercicio de la profesión.
Talese es conocido, entre otras cosas, por su no-entrevista (hoy llamada “crónica”, ayer “retrato”) titulada "Sinatra está resfriado" que marca pauta a la hora de contar sobre alguien sin siquiera acercarse a esa persona, una forma de narrar lo que deseamos cuando ese alguien o algo no desea contarnos su versión.
Aunque pareciera que esto que hizo Talese en los años 60 está fuera de moda o es un anacronismo, vale la pena leer el trabajo de Lisseth Boon, ganadora del III Concurso Nacional de Reportajes de Investigación Periodística, del Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS).
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